Durante la jornada de huelga del 14 de noviembre, una mujer llamada Ester Quintana perdió toda visibilidad en uno de sus ojos. La culpa fue de un disparo policial con balas de goma. El consejero de interior, Felip Puig, niega que esto se produjese. Sin embargo, desde 1990 son ya 23 las personas a las que este tipo de proyectiles ha dejado tuertas.