Primavera Violeta en Mexico 1 Favorite 

El acoso sexual a las mujeres en México, no es novedad. Desde un chiflido o grito de “mamacita” en la calle hasta una alarmante cifra de seis feminicidios diarios, la violencia machista es un asunto cotidiano.

Lo que sí es novedad es que este año las mujeres no se estén quedando calladas, y que salgan a las calles, ya no con miedo, sino con determinación de defender su derecho a ser respetadas.

La denuncia pública de una serie de eventos desafortunados entre los que destacan la violación de la veracruzana menor de edad, Daphne Fernández, y el acoso sexual a la periodista, Andrea Noel, en las calles de La Condesa, en la Ciudad de México, empezaron un movimiento social en el que mujeres de todas las edades y clases sociales perdieron el miedo – y la vergüenza –
colectiva de denunciar las acciones de violencia machista de las que son víctimas.

El movimiento, acelerado por redes sociales, pudo consolidarse el pasado domingo 24 de abril cuando miles de mujeres marcharon simultáneamente en más de 40 ciudades mexicanas bajo el lema “Vivas nos queremos”.

Ahora, bautizado como “Primavera Violeta”, en referencia al color que portaban las asistentes; el movimiento que busca justicia por las mujeres asesinadas, violadas, y también, un marco legal que las defienda del constante acoso callejero, apenas está “floreciendo”.

En los movimientos sociales del siglo 21 no puede faltar el Trending Topic en redes sociales. En esta ocasión, durante el fin de semana se mencionó más de 100 mil veces el hashtag #MiPrimerAcoso en Facebook y Twitter.

Con la etiqueta, mujeres de México y de otros países de América Latina compartieron en 140 caracteres algunas de las numerosas anécdotas en las que han sido acosadas o violentadas sexualmente.

El hashtag fue iniciado por la activista colombiana, Catalina Ruiz-Navarro.

"El hashtag ha hecho que muchas nos empecemos a dar cuenta de experiencias de acoso que hemos vivido que teníamos bloqueadas, olvidadas o no identificadas", declaró Ruiz-Navarro a BBC Mundo.

Además, la activista dijo que a pesar de las trágicas anécdotas compartidas, la acción de hacerlas públicas resulta catártica para las víctimas, así como una protesta colectiva que obliga a reaccionar a la sociedad ante el problema.